jueves, 26 de octubre de 2017

El precariado nuestro de cada día (2)

Tomando ayer un café con una amiga y colega de profesión hablábamos, masoquistas que somos, de las condiciones de trabajo de nuestro gremio. Por desgracia, lo del "precariado" no es algo nuevo. Recordaba que, hace unos quince años, se enteró de que un lujoso y selecto hotel que abría sus puertas en Barcelona (donde un café costaba no hace mucho unos 7 euros). Coincidiendo con su apertura, preparaba una revista corporativa. Mi amiga, free-lance, no dudó en ofrecer sus servicios de colaboración.  Su contacto en el hotel agradeció encantada su ofrecimiento. 

-¿Condiciones?
-       -Naming, le contestaron.
-       -¿Naming…? preguntó ella.
-   - Sí, naming, no te pagaremos con dinero,  te pagamos con el prestigio que da trabajar para nuestra revista


Mi colega declinó tal honor porque, como ya he comentado en alguna ocasión, ni el naming ni la reputación online  que a mí me han ofrecido sirven para pagar facturas o el bistec. 

1 comentario:

  1. Muy bien este post... Declinemos estos honores, que solo sirven para desvirtuar la profesión.

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