La humildad y la austeridad son dos
valores que están presentes en la mayor parte de los líderes de las empresas de
éxito. Esta es, al menos, una de las conclusiones a las que ha llegado el
catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la universidad Pompeu
Fabra (UPF), Oriol Amat, tras años de investigación, encuestas y entrevistas en
profundidad a estos líderes. Según el catedrático, cuando falta la humildad en
los primeros años de vida de la empresa difícilmente gozará de larga vida.
Amat, que ha hecho estudios sobre la el ciclo de vida de las empresas y
sobre aquellas que han sobrevivido a la crisis, lo contaba el 21 de octubre en la
primera tertulia Café con Iberian DFK,
organizada por Pich Abogados Economistas y Abante Pich Auditores.
También la austeridad en la forma de trabajar y en los gastos es importante.
"Las personas que son líderes proyectan, transmiten sus valores al equipo,
una cultura, una emoción". Igualmente destacaba en el liderazgo la
capacidad de apostar por el Win-Win,
es decir, "los líderes consiguen ganar ellos pero también que ganen los
demás". Se trata, en definitiva, de preocuparse por las personas y ser
coherente con esta premisa en la toma de decisiones. Al respecto puso el
ejemplo de una empresa capaz de vender sus activos para mantener la plantilla
mientras otra, que se jactaba en tiempos de bonanza de que "las personas
son lo primero", reducía sueldos a la plantilla un 30 por ciento en cuanto
llegó la crisis al tiempo que el consejo
de administración se subía los ingresos un 40 por ciento (desgraciadamente, son
públicos y vergonzosos más de un caso y más de dos).
Otro valor habitual de los líderes es la resiliencia, es decir, la
capacidad de resistir cuando las cosas
van mal, así como la pasión, la perseverancia, la excelencia, la empatía y la
"urgencia", entendida como "no parase en los éxitos, seguir
pensando en la siguiente montaña que hay que escalar". Todas estas ideas
sobre las claves de éxito de las organizaciones se encuentran en su libro
Avanzando, de Profit editorial.
Según los estudios del catedrático, las empresas de éxito tardan una media de una
década en encontrar aquella "ventaja
competitiva" que les permite progresar, ya sea copiando "legalmente" (Mercadona, por ejemplo,
copió la política de precios siempre bajos de Wal-Mart) o por un acto de fe y
perseverancia en una idea "que a veces funciona" y a veces no. Y para
alcanzar una buena idea serán necesarias
previamente unas 3.000 ideas "en bruto, no escritas". De éstas, unas
300 pasarán al papel, poco más de un centenar se plasmarán en un proyecto que
se empezará a materializar y, en algunos casos, verán la luz. Finalmente, sin
embargo, sólo una alcanzará el éxito tras su puesta en marcha. Quizás el azar
podría tener algo que ver con el éxito pero, en general, "la gente que
tiene suerte también suele trabajar mucho".
En su charla, Amat dio pistas y numerosos
ejemplos de empresas que han podido (o están en ello) superar la crisis
económica porque han sabido dar un vuelco a su modelo de negocio, mejorarlo,
adaptarlo a las nuevas circunstancias (muchas de las cuales han venido para
quedarse, como la tendencia low cost),
ya sea por medio de fórmulas de "buenas prácticas" que mejoran el
modelo de ingresos, el modelo de costes, el modelo financiero o todos a la vez.
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