
Yo oía la conversación porque era "sin manos". Mi cliente, hombre
avezado a resolver problemas mucho más serios y acostumbrado a este tipo de
cuestiones protocolarias, le respondió que ya esperaba esa llamada. Tranquilo, le dijo a la persona de su equipo a
quién podía eliminar de la mesa para que sólo quedasen tres. Al colgar, le
comenté sorprendida que no veía donde estaba el problema. Él se rio y contestó:
está muy claro, debe ser un número impar para que el conceller se coloque en el
centro y quede muy muy claro quién es el que preside, quién es el más
importante de la reunión (tanto da que haya allí prestigiosos científicos de
reconocimiento internacional). Me quedé muda… y me quedo así de nuevo cada vez que recuerdo
el episodio...