El presidente
ejecutivo de Epson Ibérica, Ernest
Quingles, desembarcó en Cerdanyola, donde está ubicada la empresa, en abril
de 2014. Su actuación empieza a dar sus frutos; tras unos años en
los que las ventas cayeron un 60 por ciento, en el último ejercicio
fiscal, que cerrará el 31 de marzo, darán un vuelco y se registrará un
alza del 16 por ciento (ver cuadro adjunto). Quingles se declara
optimista porque entre los objetivos del plan estratégico de la firma figura
“doblar la cifra de facturación en tres años” y situarla en torno a los 180
millones de euros, acercándose así a las cifras récord de los primeros años
2.000 (en 2005 alcanzó los 199 millones).
Esta
mejora de los resultados viene acompañada por la apertura, el dos de febrero,
de delegaciones en Bilbao, Valencia y Sevilla, con una persona en cada una de
ellas y la previsión de doblar equipo en un año. Son diversos los factores que
explicarían el cambio de rumbo de unos resultados económicos que el año pasado
obligaron a realizar un ajuste laboral. Por un lado, “cierta recuperación de la
confianza” del mercado y la percepción de que muchas empresas están “desbloqueando,
por necesidad, proyectos de nuevas tecnologías que han tenido paralizados
durante años”.
Por otro lado, el abandono de negocios deficitarios y el impulso de ciertas líneas, especialmente las tecnologías para empresas, B2B,
“que están creciendo en algunos casos con ratios del 25 por ciento”, mientras
que las dirigidas para el sector consumo
aún no están notando “el mismo ritmo de recuperación”, en cuanto “la recuperación
siempre empieza en los entornos B2B y luego se traslada al sector de consumo”.
Reportaje completo de Fomento de la Producción en el siguiente Enlace.
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